La periodista Susana Pedreira lee el manifiesto del Ayuntamiento de Pontevedra por el 8M acompañada de la concejala de Igualdad, Yoya Blanco

La periodista Susana Pedreira lee el manifiesto del Ayuntamiento de Pontevedra por el 8M acompañada de la concejala de Igualdad, Yoya Blanco

  • Lema campaña municipal: ‘Feminismo para cambiar o mundo’
  • Autor: Susana Pedreira Buján

“Protegernos de lo que nos amenaza, escapar de lo que nos enferma para salvar la vida, quedarnos en casa invisibles, salir del espacio público, cuidar y cuidar más de lo que nos gustaría, renunciar a tantas cosas que nos hacen felices… Así que todos viven y todos desde hace un año a causa de una pandemia. Así han vivido siempre muchas mujeres: invisibles, cariñosas, rindiéndose, protegiéndose de las amenazas y, con demasiada frecuencia, 1.082 veces desde 2003, desapareciendo cuando son asesinadas.

La crisis del COVID-19 le ha recordado a la sociedad en su conjunto quién está haciendo el trabajo esencial para mantener la vida. Es innegable que el cuidado es un trabajo feminizado y, además, en su mayoría sin remuneración alguna, ahorra costos a un sistema que expulsa a las mujeres de la esfera pública para relegarnos a la invisibilidad de lo privado. Y cuando ese trabajo se paga, se hace en condiciones precarias. Es uno de los trabajos más infravalorados tanto social como económicamente, aunque no hay nadie más tan imprescindible para la calidad de vida de quienes necesitan cuidados y para el funcionamiento de la sociedad en su conjunto, que nada se detiene mientras alguien cuida en casa. .

El feminismo exige cuidar a los que cuidamos, exige corresponsabilidad en ese hogar, para que tengamos las mismas oportunidades fuera de él. Asumir responsabilidades de cuidado mayoritarias lleva a las mujeres a trabajos más precarios, peor pagados y menos valorados.

En 2018 dimos un paso adelante, esa huelga que se centró en el cuidado y esas manifestaciones masivas en Pontevedra, en toda Galicia, en el Estado y en el resto del mundo fueron un punto de inflexión. Ese 8M de hace tres años fue la imagen del cambio, la foto viral que le enseñó al mundo nuestra decisión de pasar de la indignación a la acción. No olvidemos esa fuerza del 2018, somos los mismos, seguimos aquí y creemos en el “feminismo para cambiar el mundo”.

Porque el feminismo es la cura, una cura ambiciosa y solidaria que busca
mejorar el mundo no solo para quienes sufren una desigualdad injusta, sino
también para todos los que la habitan. Incluso para los negadores, para aquellos
que desperdician energía queriendo deshacer la Ley de Violencia de Género allí
poco más de una semana en el Congreso, hablando de una supuesta dictadura del
pensamiento único o las supuestas mentiras del feminismo. Falacias que son
desmantelan poniendo nombre y apellidos a las 1.082 mujeres asesinadas por el
verdadera dictadura: la machista y patriarcal.

Incluso para las negadoras, el feminismo cambiará el mundo, para que sus hijas vivan en hogares corresponsables donde la carga del cuidado no limite sus aspiraciones profesionales, para que sus hijas ingresen a un mercado laboral que incentive la paternidad corresponsable y donde la paternidad haya tenido. un valor, no solo un precio. El feminismo cambiará el mundo para que sus hijos tengan referentes femeninos en todos los ámbitos y mejores referentes masculinos que ellos. Y hacer que sus hijos e hijas se sientan libres de ser quienes quieran ser, amar a quienes quieran amar y formar el tipo de familia que los haga felices en una sociedad orgullosa de la diversidad.

Lo haremos, las feministas cambiarán el mundo. Seguiremos cambiando el mundo. Podemos hacerlo porque antes que otros lo hayan cambiado por nosotras: estoy leyendo este manifiesto vestidas de pantalón gracias al feminismo, nos graduamos y nos graduamos de la universidad gracias al feminismo, ejercemos el derecho al voto gracias a las feministas, tenemos control sobre nuestro fertilidad y decidimos ser o no madre gracias a las feministas, tomamos prestado en nuestro nombre, poseemos propiedad, o testificamos en nuestra propia defensa gracias al feminismo; y podemos denunciar a una acosadora, violadora, abusadora y ser juzgada porque lo que nos hace a nosotros ya nuestros CUERPOS es un crimen gracias al feminismo.

Si alguien cree que con toda esta evidencia, saber que el feminismo
El mundo ha cambiado, dejaremos de cambiar, en este 8-M volvemos a decir alto y
claro que no: no nos detendremos, no daremos un solo paso atrás.

Seguiremos señalando la precariedad laboral de las mujeres agravada
en este último año con teletrabajo, ERTES y despidos, la brecha
salario (que actualmente se sitúa en el 21,4%), la cárcel de cuidados, la
techos de cristal que se convierten en hormigón armado en tantos sectores, un
violencia que SI tiene de género … seguiremos reivindicando nuestra agenda
feminista: la presencia igualitaria en todos los ámbitos, alcanzando el 50% de la
poder, visibilidad de las contribuciones de las mujeres, educación en igualdad
como eje transversal. Sigamos señalando qué necesita cambiar, qué
cambiemos.

Y no es una amenaza es un grito de esperanza: para los que ya no lo son,
para los que seguimos aquí y para los que vendrán. Feminismo para cambiar el
mundo.”





Concello de Pontevedra

Jesús Iglesias www.pontevedra.gal

Fuente

Actualidad en Pontevedra

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